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Palabras que enriquecen y palabras que empobrecen |
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Entre la xenofobia que en Estados Unidos condena a los hispanoparlantes y la incorporación masiva de anglicismos al español hay un punto intermedio, más equilibrado y sustancioso.
Sergio Sinay, en La Nación — De acuerdo con datos de la Oficina de Censos de los Estados Unidos, la población de origen hispano en ese país supera los 65 millones de habitantes. Esas personas tienen miedo hoy de hablar en su idioma de nacimiento en lugares públicos, según informaciones recientes. Podría costarles la cárcel o la deportación, sospechadas de terrorismo, inmigración ilegal o cualquier delito real o imaginario que la policía y los agentes migratorios están autorizados a endilgarles en medio de una oleada xenófoba y de una paranoia colectiva alentada por el gobierno de Donald Trump, como no se conocía desde los años nefastos del macartismo, en la década de los 50. En paralelo, en los países de habla hispana, con el nuestro, México y España a la cabeza, los anglicismos inundan el lenguaje y empobrecen su riqueza original. Backstage, marketing, speaker, master, head, mail, tablet, link, fast food, real state, son unos pocos y rápidos ejemplos entre los cientos que podrían citarse. |
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T. Sánchez de Bustamante 2663 |
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