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PUBLICACIÓN FUERA DEL CATÁLOGO DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS.
EN VENTA EN LIBRERÍAS.
Obra biográfica sobre el académico de número ANTONIO REQUENI,
publicada por Editorial Vinciguerra y la Fundación Argentina para la Poesía.
Con prólogo del también miembro de número de nuestra Academia Pablo De Santis.

Libro que hace un recorrido por la vida y la obra del escritor Antonio Requeni. La obra de Axel Díaz Maimone se compone de diálogos con el gran poeta y periodista.
Carlos María Romero Sosa, en La Prensa — Al existir humano meramente biológico, lo corona en ocasiones el logro de un vivir bienaventurado. Solo que, para llegar a esto, además de los dones recibidos de la naturaleza o infundidos por Dios, se requiere que su poseedor —o bendecido— los asuma hasta el compromiso; les saque jugo sin desperdiciarlos en el camino. Y qué decir si ese trayecto viene siendo largo como el de Antonio Requeni, alguien nacido en 1930 y tan activo y dispuesto hoy para la amistad y las letras como lo estuvo siempre.
Poeta, cuentista, articulista, crítico, periodista enaltecedor del género —cuando tan sospechados están algunos de sus cultores de merodear entre sobres oscuros—, viajero impenitente y nunca mero turista, miembro de dos academias nacionales, en ninguna faceta literaria o instancia anímica para él inspiradora, Antonio se ha dejado llevar por la inercia de tener el suficiente oficio como para que vuelen con piloto automático sus páginas. Por el contrario, en cada una pone su impronta fácilmente reconocible por sus muchos admiradores.
De una amable y cómplice serie de diálogos entre Requeni, presentado tal como bien lo conocemos —generoso de su tiempo, amical y ajeno a toda pose de monstruo sagrado— y el joven escritor Axel Díaz Maimone, surgió el libro Antonio Requeni La bienaventuranza de la literatura, prologado por Pablo De Santis, con sentidos homenajes en la contratapa de los colegas académicos del autor de El vaso de agua o Cronicón de las peñas de Buenos Aires: Santiago Sylvester, Rafael Felipe Oteriño y Santiago Kovadloff [académicos de número de la AAL], todo en una cuidada edición de Vinciguerra para la Fundación Argentina para la Poesía presidida por Alejandro Guillermo Roemmers.
Es de subrayar la información nada improvisada en posesión del entrevistador sobre la Generación del 40, la actividad literaria de los años cincuenta, sesenta y setenta en el país y otros temas concomitantes, en general echados poco menos que al olvido por el afán de novedades actual, esparcido también sobre la cultura.
Eso da naturalidad a las pláticas, que corren fluidas hacia el esencial inventario espiritual de Antonio, enhebradas aquí y allá con anécdotas y pareceres suyos […].
Seguir leyendo la reseña «Feliz semblanza de una vocación», en La Prensa.
La Oficina de Comunicación y Publicaciones de la Academia Argentina de Letras no vende este título. Consulte en la editorial Vinciguerra.
Reseñas del libro en la prensa
- La Gaceta: «El mundo de un poeta»
Fernando Sánchez Sorondo, en La Gaceta — El primer acierto del presente libro, escrito por Axel Díaz Maimone, es su título: Antonio Requeni. La bienaventuranza de la literatura. Pero no es el único. Santiago Kovadloff [académico de número de la AAL] afirma: «Cuánta gratitud despierta en mi tu poesía, Antonio. Cuánta emoción provoca, y esta admiración por tu voz viva, que no envejece, se renueva cada vez que la leo». Rafael Felipe Oteriño [presidente de la AAL] declara: «Puede ser leído como un clásico de la literatura». Y Santiago Sylvester [académico de número de la AAL]: «Antonio Requeni siempre me ha parecido un poeta desobediente y releyéndolo veo que mi percepción se parece a la realidad. En una época como la nuestra, marcada a fuego por la ruptura formal, él eligió no sentirse obligado por ese mandato de época y ser un maestro del verso clásico».
Tengo la suerte (y perdón por la autorreferencia) de conocer a Antonio desde siempre, porque con él todo es desde siempre. Y para siempre. Admiro su ternura, su modestia, su joven curiosidad y esa manera de ser «bueno en el buen sentido de la palabra bueno», que dijera Machado.
Antonio significa, en efecto, no sólo la bienaventuranza de la poesía: él mismo es un bienaventurado. Bienaventurada su generosidad para con los poetas que acuden a recibir su consejo. Bienaventurada la precisión y el rigor de su escritura, de sus crónicas y reportajes. Bienaventurada la poesía que, como él dice, lo «visita» con tanta frecuencia y maravilla. Bienaventurado su matrimonio con Virginia que es su par y su musa. Bienaventurados nosotros, sus amigos, que recibimos tanto de él.
El libro contiene un animado, rico y estupendo diálogo con el joven Axel Díaz Maimone, generado a partir de las visitas que le hizo a Antonio en su casa de Caballito y en el Parque Rivadavia. Diálogo donde el poeta narra experiencias de su vida literaria absolutamente notables y acerca de casi todos los escritores y escritoras, poetas y narradores del país y del mundo. Se trata de una verdadera enciclopedia dialogada […].
Seguir leyendo el artículo en La Gaceta.
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