|

Rafael Spregelburd, con su diploma de académico de la AAL
Crédito: Rodrigo Nespolo / La Nación.
La Academia Argentina de Letras celebró la recepción pública del académico de número Rafael Spregelburd. Su ingreso formal a nuestra Institución se llevó a cabo el jueves 11 de septiembre, a las 17, en el salón del Palacio Errázuriz - Museo Nacional de Arte Decorativo (Avenida del Libertador 1902, Ciudad de Buenos Aires), contiguo a la sede de la Academia.
Los oradores fueron los académicos de número Rafael Felipe Oteriño, presidente de la Academia, quien pronunció las palabras de apertura; Jorge Dubatti, quien dio el discurso de bienvenida y de presentación; y el recipiendario, quien expuso sobre «Las palabras de los otros».
Asistieron y acompañaron al nuevo miembro de nuestra Institución los siguientes académicos de la AAL: Rafael Felipe Oteriño, presidente; Santiago Kovadloff; vicepresidente; Pablo Cavallero, secretario general; Eduardo Álvarez Tuñón, tesorero; Antonio Requeni, Alicia María Zorrilla, Santiago Sylvester, Jorge Fernández Díaz, Pablo De Santis, Hugo Beccacece, Hilda Albano, Javier Roberto González, Leonor Acuña, Oscar Conde, Alejandro Parini, Sofía Carrizo Rueda, Esther Cross, Andreína Adelstein y Ángela Pradelli.
Los discursos completos, que se resumen más abajo en esta nota, se difundirán en el Boletín de la Academia Argentina de Letras —publicación impresa periódica y órgano oficial de la Academia—, en el número que corresponderá al período de julio-diciembre de 2025.

Antonio Requeni, Santiago Sylvester, Alicia María Zorrilla, Rafael Spregelburd, Rafael Felipe Oteriño y Pablo Cavallero.
Crédito: Rodrigo Nespolo / La Nación.
El dramaturgo, actor, traductor y director Rafael Spregelburd fue elegido académico de número por los miembros de la Academia Argentina de Letras el jueves 12 de septiembre de 2024.
Desde ese día ocupa el sillón «José María Paz», en el que lo precedieron Martín Gil, Francisco Romero, Miguel Ángel Cárcano, Luis Federico Leloir, Delfín Leocadio Garasa, Horacio Castillo, Élida Lois y Beatriz Curia. Estaba vacante desde el 2023 tras la renuncia de la última.
Rafael Spregelburd había sido propuesto para integrar la Academia por los académicos Jorge Dubatti, Eduardo Álvarez Tuñón, Rafael Felipe Oteriño y Santiago Sylvester.
Para ver la nómina de los actuales miembros de número, hacer clic aquí. Todos, desde que son elegidos para integrar el cuerpo académico de la AAL, forman parte automáticamente de la Real Academia Española en condición de miembros correspondientes hispanoamericanos.
La ceremonia de incorporación pública de Rafael Spregelburd

Crédito: Federico Lopez Claro / Clarín

Rafael Spregelburd
Las palabras de apertura fueron dichas por el presidente de la Academia, Rafael Felipe Oteriño. «Rafael Spregelburd es un hombre de letras, pero, como en el caso de la mayoría de los nombrados, su figura de intelectual se ve desbordada hacia otros órdenes del talento y, en lo más propio, enriquecida por una personalidad múltiple. Es, podemos decir, un ‘hombre de muchas vidas’, como a él le gusta definirse. Vidas en las que se destacan las de dramaturgo, actor de cine y teatro, director de espectáculos, docente, y a las que debemos agregar las de articulista y traductor de obras provenientes del inglés, alemán e italiano. Aunque quizás podríamos aunar todas estas identidades en la más breve, cálida y unitiva que se condensa en la siguiente frase: ‘Rafael Spregelburd es un hombre de teatro’”», dijo.
Según Oteriño, su ingreso al cuerpo de la Academia corresponde a su perfil multifacético, sobre todo, por la contribución de sus variados lenguajes. «De su mano corroboramos que el lenguaje no ha de ser entendido únicamente como estructura gramatical, sino también como espacio de universos comunicativos. Y que esos dominios del trato lingüístico no se agotan en la palabra escrita. Son tanto de raíz verbal, léxicos y sintácticos, como de carácter sonoro, incluidos en la oralidad y en el protagonismo del silencio. Y son, asimismo, plásticos, por el don de los cuerpos en movimiento. Todo ello, atravesado en nuestra época por la impronta audiovisual y las culturas digitales, la insoslayable convivencia que se cumple en los ritos de la vida diaria, la superposición de tiempos y lugares en la creación artística, lo cual nos da la muestra de un mundo cambiante y de una mentalidad también cambiante en los que participamos y a los que debemos comprender», completó.

Crédito: Rodrigo Nespolo / La Nación.

Alicia María Zorrilla, Rafael Spregelburd y Pablo Cavallero.
Crédito: Federico Lopez Claro / Clarín.
A continuación, en su discurso de bienvenida y presentación de Rafael Spregelburd, uno de los impulsores de su ingreso a la Academia, el académico de número Jorge Dubatti, dijo: «Considero un gran acontecimiento su incorporación a la AAL, para la cultura argentina, para la historia de la institución y para la escena iberoamericana en su conjunto, de la que Spregelburd es considerado una figura cumbre. Spregelburd es sinónimo de teatro y artes del espectáculo. Un teatrista, en el sentido más completo del término: artista de teatro uno y múltiple, a la par dramaturgo, director, actor, traductor. Además, actor de cine y televisión».
Dubatti destacó la labor de artista–investigador, «filósofo de la praxis escénica» del homenajeado. «Spregelburd ha escrito numerosos ensayos sobre teatro y arte y una rica producción periodística». En ese sentido, elogió su ensayo La nariz de Justiniano. Sobre el arte del tiempo en el teatro.

Crédito: Federico Lopez Claro / Clarín.


Como cierre del encuentro, el homenajeado y nuevo integrante de nuestra Institución, Rafael Spregelburd, comenzó irónicamente: «Mi destino seguramente no era estar acá» —reconoció Spregelburd haciendo referencia a su rol de dramaturgo, y continuó—. «El destino de José María Paz, cuyo sillón ocupo ahora, seguramente dio mil vueltas hasta acomodarse a él. Extrañas circunstancias, que me honran y me apabullan, me tienen, contra todas las fuerzas de lo que yo suponía era mi destino, ingresando a esta Academia de Letras».
«Me gusta pensar que José María Paz también llegó a ese sillón haciendo un poco de trampa. Aún hoy me resisto a definir a Paz como escritor, sobre todo cuando ni Borges, ni Bioy, ni Cortázar tienen nombre de sillón». Para ilustrar sus conceptos, se explayó sobre su profesora de stretching, la muerte de su longeva gata Belinda, Sergio Raimondi y Slavoj Žižek, su hijo, el esperanto y algunas de las obras teatrales de su autoría. La lectura del discurso («editado» por el autor) demandó más de una hora y media.
Dijo que «el lenguaje es anónimo, social, improbable, irregular, mutante, inabarcable y todo aquello que ya sabemos y tememos de él. La lengua de los argentinos encuentra en esta Academia rituales de diversos tipos y hoy me toca el honor de proveer uno de estos. Desde mi cómoda perspectiva, en vez de hablar del lenguaje o de las palabras en general, voy a hablar de las palabras que ocurren en el teatro, que es mi especificidad y que probablemente sea, al mismo tiempo, una de las flexiones más inespecíficas de todas las que me toca hacer al lenguaje».
«La virtualidad del teatro se parece más a la de la vida que a la de las palabras. El teatro —ya quedó claro luego de años de teoría posdramática— no es un acto completamente lingüístico; afortunadamente está contaminado de otras disciplinas, como la música y la plástica, y en el teatro la palabra escrita tiene la habilidad —si no la obligación— de denotar muchas veces lo contrario de lo que dice», argumentó Spregelburd.
«El texto teatral suele bullir de malentendido, de equívoco, de subjetividad, de efectismo, todos ingredientes de una función diferente a la de la comunicación: la de señalar hacia la fuerza ausente. Un abismo detrás de las palabras, detrás de lo decible», dijo Spregelburd, que atribuyó una «dimensión fractal» a las palabras. «Siempre es posible encontrar entre una palabra y otra un nuevo matiz que nos obligue a inventar un término nuevo», sostuvo.
Habló sobre la cualidad deíctica de la palabra teatral. «Cuando se dice ‘aquí’ en teatro, ¿qué significa exactamente esa palabra? Porque cualquier actor, incluso uno de una torpeza como la mía, puede mostrar que ‘aquí’ es el supuesto lugar de ficción en el que está su personaje y también el lugar real sobre el escenario, o en la sala, o incluso de frente a unos espectadores que lo miran. ‘Aquí’ es una bomba de hidrógeno que entra en una reacción en cadena y comienza a abarcar todo el espacio que el gesto quiera señalar», razonó.
«Hoy hay una saturación inédita de palabras, pero sabemos que el noventa y nueve por ciento de las atrocidades que con ellas son escritas en redes sociales seguramente no se pronunciarían si sus emisores estuvieran mirando a los ojos a sus receptores —estimó—. Además de la deíctica, esta segunda condición, la de responsabilidad, es la que me gustaría señalar como puntales de la frágil, etérea arquitectura que se monta y se desmonta cada vez que asistimos a una pieza teatral. Soy responsable porque además de decir estas palabras debo poner mi cuerpo detrás de ellas y, cuando las palabras se hayan consumido en las vibraciones del aire, mi cuerpo quedará para defenderlas, para sostenerlas o, en el peor de los casos, como testimonio estatuario y postrero de algo dicho y sepultado».
Tras interpretar a los personajes de La terquedad para ilustrar los significados que puede portar la palabra «libertad», se refirió a su producción literaria. «Es posible que mi teatro no hable ni haya hablado jamás de otra cosa, y me disculpo: la única tragedia que represento en mis comedias es que resulta imposible comunicarnos eficazmente con palabras y al mismo tiempo es imposible que dejemos de intentarlo, dado que no nos ha sido entregada otra cosa mejor. Todos mis personajes son víctimas de esa neurosis, de esa insatisfacción».
Hacia el final del discurso, sentó las bases de una poética spregelburdiana: «Inventar una lengua y crear una obra son para mí dos cosas muy parecidas. Cada creación artística, una obra de teatro, por ejemplo, que no busca comunicar nada sino traer a la vida un lenguaje, un cuerpo de reglas y excepciones que son aprendidas mientras la obra se desenvuelve ante un espectador, funciona como una lengua artificial».
En otro pasaje de su alocución, aseguró que «en la Academia Argentina de Letras, igual que en la Real Academia Española, se ha considerado que los dramaturgos podemos venir a colaborar con las definiciones de algunas de estas palabras y yo siempre he pensado que tal vez sea porque nuestra forma de escritura es una muy peculiar: se trata de escribir en un modo puramente oral. Las mejores y más precisas explicaciones de un texto técnico o las más polisémicas y seductoras ideas bosquejadas en una novela deben —para convertirse en réplica teatral— pasar el examen de la oralidad pura: ¿cuánto tiempo tiene un oyente para asimilar la carga de información que contiene la frase, sin repetirla ni releerla?».






El acto finalizó con la entrega a Rafael Spregelburd de la medalla, el diploma y el distintivo institucional de manos, respectivamente, del presidente Rafael Felipe Oteriño, el vicepresidente Santiago Kovadloff y el secretario general Pablo Cavallero.
- VIDEO: La grabación completa del acto, en el canal de Bernardo Borkenztain
La incorporación pública de Rafael Spregelburd, en la prensa

Crédito: Rodrigo Nespolo / La Nación.

Crédito: Rodrigo Nespolo / La Nación.

Crédito: Federico Lopez Claro / Clarín.
- Clarín: «La Academia Argentina de Letras sumó a Rafael Spregelburd, referente del teatro argentino»
Maxi Kronenberg — Su designación refuerza la apertura de la institución a las artes escénicas y la dramaturgia. En su discurso, el artista reflexionó sobre el valor de las palabras y el papel del teatro en la lengua.
[…] Spregelburd, de 55 años, es el miembro más joven en integrar la Academia en la actualidad. Además, su designación se origina de un modo singular: no lo hizo mediante la literatura o las letras, sino a través de la dramaturgia, su especialidad.
[…] La investigadora y traductora estadounidense Jean Graham–Jones estuvo como invitada al igual que los actores y actrices que comparten cartelera de la obra Tirria, en el Teatro Metropolitan, una comedia en la que Spregelburd encarna a un padre de la alta burguesía de la década del 30.
[…] La voz de Rafael Spregelburd fue la voz más esperada por todos en el Palacio Errázuriz, quien leyó su discurso titulado «Las palabras de los otros». El flamante integrante de la Academia Argentina de Letras reflexionó sobre el sujeto que habla en teatro y las palabras que usa y que lo usan.
Curiosamente, Spregelburd editó su propio y extenso discurso de 35 páginas, ya que tenía que ir al teatro a protagonizar una nueva función de Tirria, en el Metropolitan. Su alocución contó con una alta dosis de humor y una profunda reflexión sobre el uso de las palabras, especialmente, en la dramaturgia […].
- Artículo de la página de la Asociación de Academias de la Lengua Española
Rafael Spregelburd

Crédito: Rodrigo Nespolo / La Nación.
Discípulo de dramaturgia y dirección de Ricardo Bartis, Mauricio Kartun y José Sanchis Sinisterra, la actividad de Rafael Spregelburd dentro del teatro porteño es múltiple: es director, autor, traductor y actor en teatro, cine y televisión. Su teatro es híbrido, mestizo y polémico; una obra que esquiva toda moda o etiqueta, un teatro de lenguaje y de tierras incógnitas, que le ha valido numerosos premios internacionales, entre los que se cuentan el Tirso de Molina (por La estupidez, en España), dos veces el Premio Ubu en Italia (por Bizarra y por Lúcido), el Casa de las Américas de Cuba (por La paranoia), el Premio Nacional (por La terquedad), el Premio Municipal (por Cucha de almas), el de la Muestra de Cine de Lleida (como mejor actor por El hombre de al lado, en Cataluña), Premio Konex de Platino, varios Premios ACE (por Apátrida, La escala humana, etc.), Premios María Guerrero (por La escala humana), Premios Trinidad Guevara (por La escala humana), y en incontables ocasiones los Premios Teatro del Mundo, Premio del Espectador, Premio Florencio Sánchez, Premios GETEA, entre otros.
Con una vasta proyección internacional, es columnista de cultura del diario Perfil (de 2007 a 2024), colaborador habitual de la revista Humboldt de Alemania, y ha sido autor del Royal Court Theatre de Londres, autor en residencia para el Deutsches Schauspielhaus de Hamburgo y la Akademie Schloß Solitude y el Theaterhaus de Stuttgart, autor y director invitado en varias ocasiones por la Schaubühne de Berlín y por el Hebbel-Theater, el Nationaltheater de Mannheim, el Badisches Staatstheater de Karlsruhe, la Comédie de Caen, el Vorarlberger Landestheater de Bregenz; sus obras han sido estrenadas en prestigiosos teatros del mundo: el Münchner Kammerspiele de Munich, el Staatstheater de Stuttgart y el Theater Rampe de la misma ciudad, el Schauspielfrankfurt, el Teatro Helénico de México, el Kosmos Theater de Viena, Studio 66 de Vancouver, la Sala Beckett, el Teatre Lliure y el Festival Grec de Barcelona, el Théâtre de Chaillot de París, el Napoli Theatre Festival, el Angelo Mai de Roma, Prospettiva 90 de Torino, Théâtre de Marigny de París, el Festival delle Colline Torinese, el CETC del Teatro Colón, Compagnie Transquinquennal de Bruselas para el Kunsten Festival des Arts, TACEC Teatro Argentino de La Plata, Théâtre de Liège, Teatro Duse de Genova, Teatro Due de Parma, etcétera.
Ha sido maestro de L’Ecole des Maîtres (Udine, Liege, Reims y Coimbra en 2012), además de otras muchas instituciones internacionales: el CAT de Sevilla, la Sala Beckett de Barcelona, la Universität Freiburg, el Festival Iberoamericano de Bogotá, el Festival de Caracas, el Festival de Teatro de Mülheim, el IUNA (donde dicta clases en el posgrado de dramaturgia), la Universidad Diego Portales y el NAE de Santiago de Chile, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, la Casa de América de Madrid, etc.
Fundador junto a Andrea Garrote de la compañía El Patrón Vázquez, se ha presentado en numerosos festivales y encuentros en Argentina, España, Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, Gales, Suecia, Suiza, República Checa, Portugal, Bélgica, Rusia, Eslovaquia, Colombia, República Dominicana, Brasil, Uruguay, México, Ecuador, Cuba, Estados Unidos, Canadá y Venezuela.
Su obra, que incluye ya más de cuarenta títulos, ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, catalán, valenciano, checo, ruso, polaco, griego, croata, turco, esloveno, eslovaco y neerlandés, y editada en Argentina, España, México, Alemania, República Checa, Italia, UK, USA y Francia.
Es representado por la editorial L’Arche en Francia, Suhrkamp en Alemania, Columbine en Suecia para Escandinavia, Art Communication en Rusia, Antonia Brancati en Italia e IPR Ltd en Reino Unido.
Es traductor designado por el premio Nóbel Harold Pinter para su obra en Latinoamérica. Ha traducido también del inglés a Sarah Kane, Steven Berkoff, Mark Ravenhill, David Harrower, Martin Crimp, Wallace Shawn, Anthony Black, entre otros, del alemán a Marius von Mayenburg y Reto Finger y del italiano a Pier Lorenzo Pisano.
Seguir leyendo su currículum abreviado, con las listas de sus títulos más destacados en teatro y de las películas y series en las que actuó como protagonista o como personaje secundario.
|
|